jueves, 29 de agosto de 2013

El mecanismo del reloj dorado

Balas, miles de balas me rodean, y todo con el fin de que los engranajes de este extraño reloj vuelvan a ponerse en movimiento, todavía no llego a entender como me encuentro en esta situación,mis padres siempre me dijeron que yo era especial, que yo, en un momento dado, salvaría el mundo, y ese es un peso demasiado grande en las manos de una chica que vive en la época victoriana.
Mi padre es un famoso fabricante de pistolas, él y mi tío son los fundadores de la compañía Steam y yo, en vez de dedicarme, como las demás chicas de mi ciudad, a encontrar un hombre rico el cual convertir en mi esposo, me dedicaba a pasar las horas muertas en el taller, quizás eso haya provocado que esté más sola que la una con el mundo desmoronándose a mis pies...
Cierto día, las manecillas de todos los relojes del mundo dejaron de funcionar, los corazones de la gente de latir y el planeta se paralizó por completo salvo una única excepción; yo.
O eso pensaba hasta hace tan solo unas horas, y aquí volvemos a mi situación actual donde un grupo de desalmados no paran de lanzar mies de balas contra mí, he llegado a comprender cual es el fin de toda esta estratagema, si el mundo permanece inerte para siempre, no habrá nadie que se oponga a su dominio y ahí es donde entro yo en juego, o más bien el pequeño reloj de oro que mi padre siempre insistía que llevase colgado al cuello; si lo pongo en marcha todo volverá a la normalidad, pero por más que lo intento no hay manera, y las balas pasan cada ves más peligrosamente cerca de mi cuerpo.
Dolor, un profundo dolor en el pecho, me dejo caer al suelo y me llevo la mano al corazón, estoy sangrando, este es el fin.
- Venga bonita, danos el reloj y déjate de tonterías- escucho como dice una voz horrible y áspera de hombre.
Mis ojos se cierran poco a poco...aferro el reloj con fuerza, si quieren quitármelo lo tendrán que hacer de mis frías y muertas manos.
Una sombra se coloca justo en medio de mi punto de visión. 5 disparos consecutivos. Consigo enfocar la vista para ver los cadáveres de mis oponentes inertes en el suelo, antes de que todo se vuelva negro.
Abro los ojos ¡Es increíbles, estoy viva! Llevo la mano a mi pecho, está vendado.
A mi derecha hay un chico, de pelo dorado como el sol, ojos ámbar y viste con un chaleco marrón y un sombrero de copa.
- Veo que te has despertado- murmura- ¿Estas mejor?
Afirmo, mientras logro incorporarme.
- Gracias pero, con todo el respeto, como puedes...no se...moverte.
Él se encoge de hombros.
-Bueno, mi nombre es Lucy ¿Y el tuyo? me gustaría saber el nombre de mi salvador, la verdad.
-Charles, y bueno...¿Porqué protegías ese reloj con tu vida?
-Digamos que, si logro ponerlo de nuevo en marcha todo volverá a la normalidad, pero no sé como.
-Déjame ver...
En ese momento nuestras manos se juntaron, una oleada de magia nos invadió y el reloj volvió a funcionar y con él el resto del mundo.
Miré el reverso: "Solo las dos mitades juntas harán funcionar el mecanismo"
Ahora lo entendía todo, Charles poseía el mecanismo que haría a mi corazón funcionar de nuevo.
Le miré a los ojos, él me miraba con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro. Acercó sus labios a los míos fundiéndonos el uno en el otro, cumpliendo así la profecía que el reloj dorada había dictado hacía años y logrando que un solo corazón habitase en dos cuerpos.

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